Los usuarios avanzados de Linux utilizan la línea de comandos para comprimir sus archivos, pero cuando llevas poco tiempo en Linux, se te puede hacer un mundo comprimir un archivo para una copia de seguridad o cualqueir otro uso como enviarlo por correo electrónico o mensajería instantánea, etcétera.
Por eso, en escritorios como GNOME tienes un menú conextual en el que podrás elegir comprimir un archivo. Tras esto, saldrá una ventana en la que tienes que elegir la extensión (tiene hasta ocho diferentes), el nombre y la ubicación donde se alojará el archivo una vez comprimido.
Para hacerlo por terminal escribiríamos tar cfz carpeta.tgz <carpeta>, donde <carpeta> será la carpeta que queremos comprimir. Como has visto, comprimir archivos en GNOME es fácil y no tiene mucho trabajo, eso sí, es mucho más satisfactorio para uno mismo< hacerlo desde la línea de comandos.
Vía: gHacks
Autor: Jorge Bordás