Parece que los organismos importantes empiezan a darse cuenta del potencial que algunos grupos o simples personas pueden ejercer sobre la red, llegando incluso a provocar el caos en sistemas informáticos muy avanzados. Todo esto surge después del gran ataque que sufrió Estonia el mes pasado, que pusieron en compromisos miles de sitios, muchos de ellos gubernamentales.
El ataque a los servidores de Estonia se debió a la retirada de una estatua de origen soviético que enalteció a los nacionalistas rusos residentes en el país e incluso una crispación política con Moscú.
Desde Rusia se llevaron a cabo ataques muy coordinados y enfocados a una determinada página web en la que se realizaron miles y miles de clicks, lo que provocó el colapso generalizado de servidores.
La propia OTAN, que envió a un experto a Estonia en el momento cumbre de los ataques para visualizar lo que sucedía, planeará cómo mejorar la seguridad en estos aspectos e intentar evitar que los ataques terroristas electrónicos no se lleven a cabo de manera tan libre.
Vía: IBLNews
Autor: Daniel Piñas
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