A priori es una idea muy atractiva, un robot que asista a los jóvenes sobre los temas que más le interesan, pero...¿cómo? Microsoft y el Ministerio de Sanidad han creado a "Robin", un robot que funciona a través del Messenger y que le responde respuestas automatizadas a todos los que le agregan. La idea parece buena, pero la llevada a la práctica es muy, muy mala.
Hay robots automatizados internacionales que son muy inteligentes, y que con el tiempo han llegado a convertirse en auténticas bibliotecas que según le hablas, te contestan. Pero Robin, además de no contestar la mayoría de las preguntas como es debido, dice -francamente- tonterías. El País le hizo unas cuantas preguntas y llegó a decir que el hecho de ser gay conlleva riesgos.
Por ahora sólo es un prototipo de fracaso, pero quién sabe si Microsoft consigue hacer algo productivo. Al fin y al cabo es basante cuestionable que terceros hagan robots mucho mejores que los suyos propios.
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Vía: El País
Autor: Daniel Piñas