19 de abril de 2010
Muchos coinciden en que cada vez Simyo está creando peor imagen de sí mismo como compañía, y parece que movimientos como este lo corroboran.
Al parecer Simyo ha decidido reducir el tiempo de caducidad de las tarjetas prepago, sin avisar a los usuarios y sin ofreciendo una notificación clara donde todos puedan conocer esta modificación de sus condiciones. Y cómo no, no ha sentado muy bien entre sus consumidores prepago.
El fin de este movimiento es claro: fomentar el ingreso de dinero más eventualmente para evitar que las tarjetas SIM caduquen, y de esta forma obtener más ingresos a corto plazo. Claro está, no es una medida que haya calado muy bien y puede llegar a traducirse en una pérdida de clientes.
Vía: Banda Ancha
Autor: Daniel Piñas