Cual es mi IP
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Pasos simples para mantener tus datos personales fuera de riesgo

28 de mayo de 2025

Ciberseguridad

La información personal circula constantemente. Cada clic, cada conexión y cada servicio usado puede dejar una huella. Aunque algunos riesgos son inevitables, muchas situaciones pueden evitarse tomando decisiones más conscientes. A continuación, encontrarás pasos concretos que puedes aplicar para cuidar mejor tu privacidad.

Ajusta tu configuración de privacidad en cada dispositivo

Los ajustes predeterminados rara vez priorizan tu seguridad. Cada dispositivo que usas, desde tu móvil hasta tu portátil, puede estar recopilando más información de la que crees.

Revisa la configuración de ubicación. Si no necesitas que una aplicación sepa dónde estás, desactívala. Limita también el acceso al micrófono, la cámara y los contactos. Algunas aplicaciones solicitan permisos innecesarios para su funcionamiento. No es raro que una app de notas quiera acceso a tus fotos, por ejemplo. Verifica qué está autorizado y elimina lo que no tenga sentido.

En el navegador, desactiva el seguimiento cruzado entre sitios. También puedes configurar bloqueadores de rastreadores o elegir navegadores centrados en la privacidad.

En el caso del router de casa, cambia el nombre y la contraseña que vienen por defecto. Usa una contraseña robusta y activa el cifrado WPA3 si está disponible. Así evitas accesos no deseados a tu red privada.

Sé selectivo con las redes públicas y conexiones compartidas

Las redes públicas no siempre son seguras. Es común encontrarlas en cafeterías, aeropuertos o bibliotecas. Sin embargo, el tráfico que pasa por ellas puede estar expuesto.

Cuando te conectes, asegúrate de que el sitio que visitas tiene HTTPS. Las conexiones cifradas dificultan la interceptación de datos. Si es posible, usa una red privada virtual (VPN) para ocultar tu actividad.

Evita ingresar datos sensibles como contraseñas o información de pago si estás usando una red que no controlas. Las conexiones compartidas en hoteles o eventos también pueden presentar riesgos similares. Si necesitas transferir algo importante, espera hasta estar en una red más confiable.

Cuida el contenido antes de compartirlo

Compartir información parece parte de la rutina diaria. Sin embargo, es fácil olvidar que algunos detalles pueden quedar visibles sin intención.

Antes de enviar un archivo o mostrar contenido en línea, asegúrate de revisar lo que contiene. Muchas veces se incluyen datos personales sin darse cuenta. Nombres, direcciones o incluso anotaciones internas pueden aparecer sin querer en archivos exportados.

Si lo que necesitas es hacer ajustes rápidos, existen herramientas que lo hacen sin complicaciones. Una forma eficiente de corregir contenido es usar una herramienta que permita cambiar PDF directamente desde el navegador. Esto ayuda a modificar o eliminar secciones antes de compartir documentos de forma segura.

Este tipo de acciones no solo protege tus datos, sino también la privacidad de otros. Incluso cuando no se trata de información confidencial, es preferible asegurarse de que todo esté en orden antes de enviarlo.

Reduce tu huella digital en plataformas sociales

Las redes sociales pueden decir mucho más de ti de lo que imaginas. Aunque parezca inofensivo, lo que compartes puede utilizarse de formas inesperadas.

Empieza revisando quién puede ver tus publicaciones. Ajusta la visibilidad en tu perfil y limita el acceso a publicaciones antiguas. Algunas plataformas permiten hacer este cambio con unos pocos clics.

Elimina o archiva contenido que ya no representa lo que quieres mostrar. Revisa también los permisos otorgados a aplicaciones vinculadas. Muchas veces autorizamos el acceso completo a plataformas de terceros sin pensarlo. Esto permite que otras empresas lean tu actividad o incluso tus mensajes privados.

Una huella digital más reducida dificulta que terceros construyan un perfil detallado sobre ti. Esto no solo mejora tu privacidad, también evita que te conviertas en un blanco fácil de campañas dirigidas o fraudes.

Revisa los permisos de tus aplicaciones instaladas

Cada aplicación que instalas tiene acceso a algún aspecto de tu vida digital. Algunas requieren permisos específicos para funcionar. Otras aprovechan esos permisos para recopilar más información de la necesaria.

Ingresa en la configuración de tu teléfono y revisa app por app. Si una herramienta de edición de fotos tiene acceso al micrófono, algo no cuadra. Limita el acceso al mínimo indispensable.

Considera eliminar las aplicaciones que no usas frecuentemente. Incluso si no están abiertas, muchas siguen ejecutándose en segundo plano y enviando datos. Cuantas menos tengas instaladas, más fácil será controlar tu información.

Los sistemas operativos actuales ofrecen un control más granular. Puedes permitir que una app acceda a tu ubicación solo mientras la usas, por ejemplo. Aprovecha estas opciones.

Mantén tus contraseñas bajo control

El uso de contraseñas débiles sigue siendo uno de los errores más comunes. Palabras fáciles de adivinar o combinaciones simples pueden comprometer toda tu información.

Opta por frases largas o combinaciones de letras, números y símbolos que no tengan relación directa con tu vida personal. Evita reutilizar contraseñas en distintos servicios.

Los gestores de contraseñas pueden ayudarte a crear claves seguras sin necesidad de memorizarlas todas. Algunos incluso te alertan si una de tus claves ha sido filtrada en una brecha de seguridad.

Activa la autenticación en dos pasos siempre que sea posible. Esto añade una capa adicional que puede marcar la diferencia si alguien intenta acceder a tus cuentas.

Desactiva funciones que recopilan más datos de los necesarios

Muchos dispositivos vienen con funciones activadas por defecto que recopilan datos constantemente. Algunos asistentes de voz escuchan todo el tiempo, aunque no se usen. Otros sistemas analizan tu comportamiento para ofrecer recomendaciones personalizadas.

Revisa las configuraciones de privacidad y desactiva lo que no uses. Si una función no te ofrece valor real, lo mejor es apagarla. Esto reduce la cantidad de información que se comparte sin necesidad.

En televisores inteligentes, por ejemplo, desactiva las funciones que recopilan datos de visualización. En altavoces conectados, limita la capacidad de grabar o almacenar interacciones.

Da el siguiente paso con confianza

La seguridad personal no depende solo de contraseñas fuertes o software especializado. Lo que realmente marca la diferencia es la atención constante a cómo se comparte la información y con quién.

Aplica los consejos que mejor se ajusten a tu rutina. Actualiza tus prácticas cada cierto tiempo y mantente al tanto de nuevas herramientas o cambios en las plataformas que usas.

Cada paso cuenta. Cuanto más control tengas sobre tus acciones digitales, menos probabilidades habrá de que tu información termine donde no debe.

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